Para mi, una de las principales angustias mientras que vivía los ataques de pánico, era la de considerarme a mi misma una mala persona.
Al tener esos pensamientos negativos, me cuestionaba “¿por qué, si yo soy una buena persona, si siempre he actuado bien, estoy teniendo estos pensamientos?” , debe de ser porque en realidad, soy un monstruo… y quizás no me había dado cuenta.
La gravedad que representaban para mi esos pensamientos era tanta, que era imposible hacer “como si nada”, ignorarlos o no angustiarme por ellos. De hecho, sentía que si no les prestaba atención… significaría que entonces podrían suceder. (Cosa que no es real, eso lo entendí más adelante)
Pero sobre todo mi angustia era el darme cuenta que era una mala persona, tener miedo a ser castigada y sobre todo, actuar en consecuencia a esos pensamientos.
Y así veo a cientos, por no decir miles, de personas angustiadas por tener pensamientos negativos y pensar que por eso son malas personas.
Inclusive, veo personas avergonzadas por tener esos pensamientos, que pasan años y años sin compartirlos a los demás, con pena de comentarlo inclusive con sus psicólogos. Por eso también hice este artículo sobre los pensamientos vergonzosos de la ansiedad.
Bueno, lo que pasa es que tener pensamientos negativos no depende de qué tipo de persona eres, depende de que estés presentando ansiedad.
Cuando tienes elevados los niveles de ansiedad significa que tu cuerpo está en modalidad alerta, o sea, te sientes en peligro, tienes miedo, y como no hay un miedo lógico y explicable por ahí, tu cerebro busca concluir qué es lo que está pasando, encontrar una explicación.
Así es que ante la ausencia de un monstruo en el exterior… claro, el monstruo debo de ser yo. O sea pensamos cosas negativas porque es la forma de explicar lo que estamos sintiendo.
Y nuestro cerebro toma información de cosas que te han impactado, recuerdos, escenas de películas o cuentos que te dijeron, para que de cierta forma se equipare lo que piensas con el miedo que sientes.
Y hay otras razones más por las que piensas cosas negativas como por ejemplo la estimulación y bombardeo de información negativa a nuestro alrededor, tu nivel de sensibilidad ante las cosas desagradables que suceden en la humanidad, lo mucho o poco que reprimas tu propio enojo y otras emociones… etcétera.
El punto es que existen razones que explican el que estés teniendo esos pensamientos negativos, y el ser una mala persona, no es una de ellas.
Es más, nos damos cuenta de los valores positivos que tienes, de lo buena persona que eres, porque esos pensamientos te generan malestar. Aunque ojo, esto no significa que si no te generan malestar entonces no eres buena persona, ya que uno de los objetivos del tratamiento es llegar a que no te afecte tener esos pensamientos, comprendiendo su origen y que no significan que sean verdad o que hablen de ti.
Así es, lo que piensas no es una descripción de tus deseos ni tampoco del futuro, es tan sólo la forma en la que tu cerebro está interpretando lo que estás sintiendo. No son verdades absolutas, son conclusiones inciertas.
De hecho son conclusiones que tienen bastantes distorsiones, y conocer más sobre estas distorsiones te ayudará a salir de esas mentiras y empezar a regresar a la realidad.
Te invito a que hagas un ejercicio de recordar quién eres, de reactivar tu poder personal por encima de los pensamientos negativos, que recuerdes que siempre tendrás la capacidad de elegir cómo actuar, cómo reaccionar ante ellos y qué interpretar en función de ellos.
Pues si te fijas, caemos en un error de interpretación: “si tengo pensamientos malos, debe de ser porque soy una persona mala”, esto es una interpretación y como muchas de las que hacemos dentro de la ansiedad, está equivocada.
La conclusión a la que yo llegué después de hacer mi debate con esta idea, fue que:
Lo que determina el tipo de persona que soy son mis elecciones y mis acciones, y yo llevo las riendas de las acciones que quiero realizar o no.
Ahora, recuerda, si estás teniendo pensamientos muy negativos y desagradables, es importante que recibas atención psicológica, no tienes que sufrir en soledad ni resolver todo esto tú solo o por tus propios medios. Yo logré superar estos pensamientos a través de la terapia cognitivo conductual, exponiéndome a ellos, y sobre todo, bajando mis niveles de ansiedad.
Estas herramientas de la terapia cognitivo conductual son las que te comparto en el Paso 3 del tratamiento en línea de Dale alas a la ansiedad, al que por supuesto, te invito a tomar si estás teniendo este tipo de pensamientos.
Tus pensamientos no te definen, tú no eres tus pensamientos y dentro de ti está la capacidad de tomar las riendas de cómo reaccionar ante ellos y cómo actuar.
No, no vas a perder el control sobre ti mismo por tener esos pensamientos, no son instrucciones, no son órdenes de tu cerebro hacia ti, son interpretaciones, conclusiones equivocadas, productos de toda la información que traes acumulada.
Recuerda, no son deseos, no son producto de tu personalidad, ni reflejo de la realidad. Ni si quiera cuando regresan después de que habían desaparecido, lo cual suele suceder, y en este artículo te comparto más de por qué regresan y te servirá de ayuda con los pensamientos negativos
Tu cerebro puede generar muchos tipos de pensamientos negativos por ansiedad e imagenes, pero la mayoría de las veces esto no tiene que ver con tu valor como persona ni con tus verdaderas intenciones, recordar quién eres y empezar a enfocarte en lo que sí quieres interpretar, te ayudará a regresar a tu equilibrio y dejar de dudar de ti mismo.