El corazón es de las partes del cuerpo que más nos inquietan y molestan en la ansiedad. Aprende a sanarlo.
Primero necesitas saber que es más que lógico que estés asustado o asustada porque te duele el pecho o el corazón, pues seguramente estás sintiendo que tu vida está en peligro, pero si te duele por ansiedad, déjame decirte que es muy probable que tu corazón está más que sano, nada más te está avisando que traes mucha presión, tensión y dolores emocionales acumulados ahí adentro.
Principalmente nos duele por la tensión de los músculos alrededor del corazón, tensión que ejercemos casi sin darnos cuenta cuando nos duele algo que sucede, o cuando nos queremos proteger de no salir lastimados.
Además, nos puede doler por las presiones que cargamos y por las responsabilidades que sentimos tener. Y por otro lado, nos puede doler por el ritmo acelerado de vida que llevamos, aunado a un descuido en nuestra alimentación y descanso.
Así es que principalmente, te duele porque estás sobre estresado. Te platico que la respuesta normal del estrés, es que cuando te sientes en peligro, inmediatamente haces dos cosas: una es paralizar tu estómago (de ahí la gastritis, acidez y colitis), y la otra es aumentar el ritmo de tu corazón para llevar la sangre a tus pies y manos para que esté listo para correr o atacar, todo esto gracias a la adrenalina.
Cuando llevas mucho tiempo estresado, traes a tu corazón a todo lo que da, con adrenalina de más, y esto hace que de repente tu corazón te hace saber que necesita relajarse y dejar de ir tan rápido, o sea, que tú necesitas relajarte y dejar de ir tan rápido.
Un dato curioso, es que han investigado que cuando “se nos rompe el corazón”, por un desamor o una fuerte desilusión afectiva, nuestro corazón efectivamente siente como si algo dentro se rompiera, lo cual no es peligroso, pero sí sucede, y esto te lo digo para que veas la relación directa de tus emociones que tienen que ver con el dolor y el corazón.
Entonces lo más probable es que te duela el corazón por muchos momentos de dolor emocional que has ido acumulando o reprimiendo en tu interior, y quizás ya es momento de aceptarlos y liberarlos.
A mi me gusta imaginarme que mi esencia vive dentro de mi corazón, y que cuando no la dejo salir, cuando la escondo, o sea, cuando dejo de ser yo misma y vivir la vida en función de los demás, entonces ésta esencia empieza a tocar desesperadamente las paredes internas de mi corazón, y de ahí la taquicardia… como te digo, tan sólo me gusta imaginármelo así.
Lo que sí es cierto, es que cuando dejas de ser tú mismo, cuando te haces a un lado, cuando dejas de seguir lo que te gusta y de tomar tus propias decisiones, vives con tensión acumulada en tu pecho y en tu cuerpo, y esto se ve reflejado en tu corazón.
Algo interesante es que investigaciones han descubierto que el corazón, al igual que los músculos del estómago, está conformado por células inteligentes, esto significa que el corazón por sí mismo toma decisiones sin preguntarle a tu cerebro. Muchos especialistas están buscando comprobar que en realidad el corazón es el que manda en el cuerpo y no el cerebro como hemos creído, y que inclusive él es quien le dice al cerebro qué hacer en función de lo que percibe que el cuerpo necesita.
El corazón recibe la información física y emocional del cuerpo, y cuando percibe alguna emoción de dolor o algún desajuste en tu cuerpo, manda la señal para que todos se “pongan las pilas” para enfrentar ese desequilibrio y recuperar el balance interior.
Sin embargo, a veces, nuestra mente interfiere en éste proceso natural, y dice “no debo de sentir, debo de ser fuerte, no debo de llorar, no me deben de ver débil”, y es ahí que no permite que el corazón haga su trabajo, reprimiéndolo de cierta forma. Es por eso la importancia de dejarte sentir, inclusive, la taquicardia, sin limitar o reprimir nada.
Si te interesa más sobre éste tema puedes revisar la página de http://www.heartmath.org en inglés.
Desde muchas “ciencias alternativas”, como la metafísica y la psicofísica, sabemos perfectamente que como seres humanos nos manejamos con un campo electromagnético que está en constante cambio, y sobre todo, en constante contacto con lo que nos rodea. Este campo se ve modificado según nuestras emociones y pensamientos y el ambiente en el que estamos, con las personas que lo conforman.
Cuando vivimos con emociones y pensamientos negativos, (los cuales emiten cierto tipo de frecuencias energéticas) y rodeados de ambientes densos, con discusiones, gritos, peleas, agresiones… etcétera, éste campo electromagnético se va volviendo picudo o duro, siendo su naturaleza que sea flexible, suave e inclusive redondo, esto lo hace, para protegerse.
Sin embargo, lo ideal sería que después de pasar por esos ambientes o por esos estados internos, hiciéramos ejercicios de relajación y meditación para recuperar el equilibrio de éste campo energético, y al no hacerlo, es entonces que lo que sucede en lo sutil se refleja en lo tangible, o sea, nos termina doliendo el corazón.
De nada sirve que le des vueltas y vueltas al asunto de que por “ser tan estresado”, ahora ya te hiciste un daño, y que ese daño seguirá, y que qué tal que de viejito te mueres por ataque al corazón. Realmente no sirve de nada culparte ni preocuparte, tu corazón está sano, simplemente necesitas ayudarle a recuperar su estado natural de ser.
Para sanar el corazón es necesario que estés presente en tu cuerpo, para eso te ayuda aprender a meditar con mindfulness, lo cual básicamente es vivir en el momento presente con conciencia de tu propio cuerpo. Entonces, ya que estás presente en tu cuerpo, te puedes dar cuenta cuando está tenso tu pecho, y en ese exacto momento, hacer una inhalación profunda a nivel de diafragma, y relajar toda el área de tu corazón y al rededor, bajando y abriendo tus hombros, llevando tu tórax hacia arriba, estirando tu espalda y entonces sí, llenarte de oxígeno al inhalar y relajar al exhalar.
Este es un ejercicio también de meditación, en la que te sientas a ponerle atención a tu respiración, y después a los latidos de tu corazón, y poco a poco, vas encontrando el ritmo entre los dos, de cierta forma se empiezan a comunicar, y con esto logras que tu corazón se vuelva a relajar. La idea es que empiezas a relajar tu respiración y hacerla más profunda y calmada, y tu respiración envuelve a tu corazón y lo invita a ese ritmo.
Si te duele el corazón, lo más probable es que tengas dolores emocionales también, que te sientas triste por alguna pérdida, o triste porque no estás en el lugar que quieres en este momento de tu vida, triste porque te está pasando esto… en fin, cuando experimentamos pesar y tristeza, el primero en resentirlo es nuestro corazón. Así es que detecta esas tristezas, exprésalas y canalízalas para que ya no estén en tu cuerpo. Puedes escribirlas o platicarlas con alguien más, pero acéptalas y déjatelas vivir.
Cada vez que te empiece a doler el corazón, en lugar de quejarte o sufrir por eso, mejor haz un alto y escucha lo que te quiere decir en ese momento. Quizás te quiere decir que llevabas todo el día fuera de ti, presionado por otras cosas, o que te acababas de hablar feo y de juzgar, o que te sientes triste por equis o zeta razón. El punto es que si tu corazón está doliendo, es porque algo te quiere decir. Haz un alto en ese momento y pregúntale “¿qué me quieres decir?”recuerda que es más inteligente de lo que creemos.
No en balde el corazón está relacionado con el sentimiento del amor. Si tu ahorita te sientas a experimentar el amor, sentirás que inmediatamente tu corazón se relaja.
Así es que éste ejercicio, creo que es el más poderoso. Sentarte a sentir amor, no tiene que ser hacia alguien o algo en específico, simplemente a sentir el amor emanando desde y hacia tu corazón, rodeándolo y dándole un especie de masaje energético.
Inclusive puedes imaginar que ese sentimiento de amor es de color rosa, y rodeas a tu corazón con el color rosa, mientras que experimentas el sentimiento de amor. Así es que siéntate, cierra los ojos, y déjate sentir el amor.
Creo que lo más importante para sanar nuestro corazón es volver a abrirnos a sentir, pues a medida de que lo queramos proteger y no queramos salir lastimados, le estaremos bloqueando su naturaleza de ser.
Básicamente necesitas dejar de mandarle esos shots de adrenalina a tu corazón, o sea, necesitas dejar de percibirte constantemente en peligro y disminuir el estrés diario al que te enfrentas, organizarte, hacer menos cosas en el día, terminar tus pendientes…etcétera. De ésta forma, podrás empezar a descansar más, lo cual también le caería muy bien para sanar.
Sé que asusta mucho sentir dolor en tu pecho, y es precisamente dejar de asustarte lo que necesitas para que tu corazón deje de sufrir. Así es que cada vez que puedas, haz inhalaciones profundas donde sientes que llevas oxígeno a tu corazón y relajas todo tu pecho, en lugar de asustarte, quejarte o culparte, simplemente haz lo que tu corazón necesita: ponerle atención y cuidarlo. También de tejo este artículo ¿Cómo sanar nuestro corazón?