Ansiedad Generalizada
No veamos la ansiedad como una enfermedad que hay que curar, sino como ese mensaje o llamado de atención que nos hace nuestro cuerpo. De este modo, podemos transformar la ansiedad y empezar a sanar. Pero recuerda que todo es un proceso y, por lo mismo, requiere tiempo, compromiso y paciencia. No va a ocurrir de la noche a la mañana ni por arte de magia.
En este post, hablaremos de los cinco pasos que te servirán como guía en tu proceso de transformación para comenzar a sentirte mejor.
También hablaremos de las etapas de recuperación que se viven durante el proceso. Iremos poco a poco, así que no te preocupes.
Si bien el proceso de recuperación de la ansiedad de cada persona es distinto, la recuperación puede llevar cierto orden, y es el que te presentaremos a continuación:
Lo primero que necesitas hacer es darte un espacio para conectar contigo mismo y separarte un poco de tu rutina diaria.
Deja de querer controlar, quitar, combatir o eliminar la ansiedad. Sólo haz un alto y acepta lo que estás sintiendo. Cuando lleguen esos pensamientos ansiosos y las sensaciones físicas que los acompañan, ponle pausa a lo que estás haciendo y busca un espacio para ti, donde puedas sentarte, cerrar tus ojos y sentir..
Este es el paso más difícil y al mismo tiempo el más poderoso, pues con él inicias el proceso de transformación y así le perderás el miedo a la ansiedad.
¿A qué nos referimos con esto? A que empieces a liberar a tu cuerpo de la tensión y del cortisol acumulado dentro.
La ansiedad es la consecuencia de vivir mucho tiempo con estrés en nuestro interior, y el estrés se genera cuando necesitamos enfrentar un peligro, cuando ponemos nuestro cuerpo en alerta.
Hay ocasiones en que los peligros sí son reales, pero la mayoría de las veces sólo son ocasionados por nuestras creencias irracionales. Esto ocasiona que perdamos nuestro equilibrio en muchos sentidos y, por lo tanto, aparece la ansiedad. Entonces el mensaje que la ansiedad tiene para nosotros es que necesitamos recuperar el equilibrio, para lo cual te daremos algunas recomendaciones que con el tiempo irás trabajando:
La emoción acumulada dentro de tu cuerpo genera tensión y ansiedad. Las emociones que más comúnmente nos quedamos son el enojo y la tristeza. Así que te recomendamos desahogarte: escribe todos los días lo que sientes, busca con quien platicar, habla tú solo si así te sientes más cómodo. Lo que te sea mejor, pero libera esa tensión.
La mente es la principal causa de tu ansiedad: la manera en la que interpretas la realidad, tus preocupaciones sobre el futuro y tus pensamientos sobre el pasado. Así que lo fundamental es que empieces a desmentir los pensamientos que no son verdad: básate en los hechos más que en tus pensamientos y descubre las creencias que te están aprisionando.
Para este paso es importante que aprendas a aplicar herramientas de la terapia cognitivo conductual para ubicar las distorsiones de tus pensamientos, así como a meditar con mindfulness o con alguna otra técnica que te ayude a regresar al presente.
En el momento que sientes ansiedad, ubicarte en la realidad significa que te dices a ti mismo la verdad de lo que está sucediendo en ti y a tu alrededor, sin magnificar o sin irte al futuro.
¿Cómo vas a enfrentar tus miedos si no confías en ti? ¿Y cómo vas a confiar en ti si crees mentiras sobre ti mismo?
Una vez que tu cuerpo y emociones están equilibrados, y ya que viste que tus miedos son probablemente producto de tu mente, entonces sí, empezarás a recuperar la confianza en ti mismo y a enfrentar esos miedos en lugar de seguir evitándolos.
En este paso trabajarás en recordar quién eres y en redescubrir tus habilidades y capacidades para enfrentar a través de la exposición gradual tus miedos.
Para ser libre, es fundamental que seas responsable de ti mismo, que te hagas cargo de ti y te olvides por un momento de salvar a los demás. Es el momento para que te salves tú.
No podrás ser libre si no eres responsable. Acepta que ha llegado el momento de madurar y hacerte cargo de lo que necesitas.
En este momento ya puedes identificar qué es lo que quieres hacer de tu vida y salir a conquistarla, ya puedes dejar de cargar las responsabilidades de los demás y empezar a ocuparte amorosamente de las tuyas.
A lo largo del proceso de transformación de la ansiedad, vivimos varias etapas, pero antes recuerda:
Esa es la realidad, así que no esperes un proceso de recuperación lineal. A veces pensamos que avanzamos mucho por la mejoría que vamos sintiendo, pero de repente nos volvemos a sentir mal y creemos que retrocedemos. No te asustes, no existen los retrocesos, en realidad vamos subiendo por una espiral que va tocando cada una de las etapas en cada momento, pero cada vez desde una perspectiva mayor.
En cada una de estas etapas necesitas recordar el aprendizaje previamente obtenido y aplicarlo cuando se te vuelvan a presentar las situaciones, pues ahí es donde refuerzas la confianza y la fortaleza interior.
Las cuatro etapas principales que hemos identificado son las siguientes:
Aquí los síntomas están al tope, y los pasos que lo caracterizan son estos:
En esta etapa es cuando tu cuerpo ya te mandó las señales más fuertes y te sientes perturbado, confundido y sumamente vulnerable por lo que estás sintiendo. También te sientes sorprendido o avergonzado e incluso puedes entrar en negación.
Asimismo, buscas y buscas en los análisis clínicos algo que compruebe que no es mental sino físico lo que te pasa. Esto lo hacemos para evitar tomar la responsabilidad que implica el que sea mental y emocional.
Puede ser que antes de esto ya sentías ansiedad, pero la suprimías de algunas formas, como salir de fiesta, tomar alcohol, tener relaciones de pareja conflictivas, a través de la sexualidad, sumergiéndote en el trabajo o culpando a los demás.
Pero es en esta etapa cuando tu cuerpo ya te deja claro que tienes algo, así que buscas en internet, platicas con alguien o acudes al doctor y descubres que lo que sientes es ansiedad.
Muchas personas se quedan estancadas en este paso, pero si estás leyendo esto es porque seguramente ya pasaste a lo siguiente, que es entender lo que te pasa. Pero ten en cuenta que sólo entender no es suficiente para liberarte de la ansiedad. Por eso es importante pasar al tercer paso de esta primera etapa, que es la aceptación. Aceptas que no se va a ir por sí sola y de cierta forma te rindes ante la lucha.
Recuerda que aceptar no significa resignación, significa que estás listo para pasar a la siguiente etapa de trabajo real. Es por esto que esta primera etapa termina con asumir la responsabilidad sobre lo que sientes.
En esta etapa los síntomas van y vienen hasta que pasa un tiempo de estabilidad. Y lo que necesitas aprender aquí es a relajar tu cuerpo y cuidar de él, a ver por tus necesidades físicas y emocionales, aprender a gestionar lo que sientes sin acumular las emociones, así como técnicas para dejar de creer en tus pensamientos negativos, lo cual te permitirá enfrentar los miedos.
Todo esto te ayudará a concluir esta etapa recuperando la confianza en ti mismo, pues te habrás dado cuenta que sí puedes enfrentar lo que temes y dejar de creer en mentiras.
En esta etapa es muy importante el acompañamiento de técnicas psicológicas y terapéuticas. Necesitamos hablar en voz alta y desahogarnos. Aquí es donde te abres a un mundo nuevo de terapias y técnicas especializadas, las cuales te van dando luz sobre las verdaderas causas de lo que te pasa y cómo sanar.
Una vez que transformas tus pensamientos, expresas tus emociones y enfrentas tus miedos, entonces sí te vuelves a sentir tú mismo y con confianza para volver a vivir tu vida. Esto es lo que te permite pasar a la etapa de transformación.
En esta etapa los síntomas aparecen ya muy de vez en cuando, pero aplicas lo aprendido y no te asustas. Así es, la transformación se da en realidad todo el tiempo durante las etapas de la ansiedad, pero una vez que realizas el trabajo es cuando te descubres a ti mismo diferente. No diferente extraño, sino diferente auténtico y genuino. Te sientes tú mismo de nuevo y empiezas a tomar las riendas de tu vida.
Aquí es donde vuelves a vislumbrar el optimismo y la motivación para soñar otra vez y empiezas a tomar decisiones desde tu autenticidad, juntándote quizás con personas en tu misma sintonía y realizando actividades que van más afín a este nuevo estilo de vida en el que procuras vivir sin tanto control y con más confianza.
Esta etapa es donde te vuelves a conectar con el ritmo natural de las cosas y dejas de sentirte extraño en la vida. Es quizás una etapa que dura en su estado puro un par de meses o quizás un par de años, pues eventualmente te enfrentarás a nuevos retos que te harán poner en práctica lo que has venido aprendiendo para seguir con tu propia evolución.
Si aparece algún síntoma, es ya en pequeña intensidad. Escuchas lo que te quiere decir, haces el cambio y continúas con tu vida.
Es así cómo, después de transformar la ansiedad, llegas a una etapa en la que te sumerges en el ritmo natural de la vida, es decir, con momentos de estrés y con momentos de relajación, con momentos de gozo y con momentos de melancolía quizás, pero sin irte a los extremos de manía o depresión.
En la etapa de la realidad sabes que la plenitud existe y que está a tu alcance, pero te atreves a experimentar también la cotidianidad de los altibajos sin que esto te signifique un sacrificio o una mala noticia. Te permites tener emociones agradables y otras no tanto, pero siempre con la visión global de que todo es parte de una experiencia humana plena.
Aquí es donde te das cuenta que estás en un constante aprendizaje y evolución, y que eres capaz de elegir las lecciones que recibes de la vida, manteniéndote atento a no descuidarte y a seguir aplicando lo que aprendiste, pues si te sientes bien, sabes que no fue por azares del destino o producto de la magia, sino que tú fuiste el responsable de tu bienestar.
Al ser tú el responsable de tu bienestar, también eres responsable de mantenerte así. Pero es importante que sepas que no te puedes mantener en un estado estático y quieto, pues la vida está en constante movimiento, lo que necesitas aprender en esta etapa es lo que a ti te ayuda para mantenerte en equilibrio junto con el movimiento.
Te recomendamos que a lo largo de todo este proceso reconectes con tu espiritualidad y con tu autenticidad, con esa esencia que sigue viviendo dentro de ti y que te caracteriza, aun cuando tú hayas sentido que se perdió en el camino anterior.
Será necesario que te abras a evolucionar y generes un cambio de paradigma ante la vida: una nueva filosofía de vida en la que ya no necesitas protegerte y vivir alerta.
No tienes que pasar tu vida estando alerta a no volver a caer en la ansiedad, pues eso solamente ocasionará que te sientas así. Se trata de que vuelvas a vivir tu vida viendo a la ansiedad como una amiga que te visitó por un tiempo para darte un gran aprendizaje pero que se regresó a su país de origen, y que si algún día regresa, primero te llamará por teléfono, y si le contestas y escuchas lo que tiene que decir, no va a verse obligada a hacer sus maletas y llegar de repente.
Por otro lado, si hiciste tu trabajo y aprendiste sobre ti, sobre tus emociones y pensamientos, entonces también ya sabrás que no todo lo que sientes es ansiedad, que eres capaz de enfrentar los retos que se te presentan y que no porque te sientas un poco mal ya te regresó todo.
Lo que la ansiedad quiere de ti es que aprendas a escuchar a tu cuerpo y hagas lo que tienes que hacer para recuperar tu equilibrio y que puedas vivir tu vida de la forma que más te gusta.
Así que, de todo corazón, deseamos que llegues a esta etapa y que puedas cerrar el cajón de la ansiedad, no por miedo, sino por amor a ti.
Todas las terapias tienen algo positivo que ofrecerte, lo importante es que te sumerjas a esta evolución que la ansiedad te está invitando a generar dentro de ti.
Antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos, así como las recomendaciones que hacemos, no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar la guía adecuada.
Colaboradores: María Milagros.
