Ansiedad Generalizada
Si estás en este post, probablemente te estés preguntando cuál es la diferencias entre la ansiedad y la depresión, o si es posible que se puedan manifestar en una persona al mismo tiempo, o simplemente porque quieres conocer más al respecto.
Podemos empezar por aclarar que son padecimientos diferentes pero que muchas veces se manifiestan juntas, y que presentan síntomas similares y, por lo tanto, sus tratamientos también pueden tener similitudes. Pero no te preocupes, hablaremos de esto a lo largo del post.
La ansiedad es una respuesta natural de nuestra mente y cuerpo ante situaciones que podemos percibir como amenazas.
Generalmente viene acompañada del miedo. Esto hace que se active en nosotros una respuesta primitiva de supervivencia: nuestro cuerpo se prepara para defenderse, y es por eso que pueden presentarse algunos síntomas físicos.
Asimismo, la ansiedad es una respuesta natural adaptativa a nuestro entorno. Viene con un mensaje que activa alertas en nuestro cuerpo (síntomas de los que te hablaremos después) y que nos permite crear una comunicación entre el mundo exterior y nuestro mundo interior.
Los síntomas funcionan como alarmas que pueden estar activándose por la forma en que percibimos el entorno. Cuando los síntomas de la ansiedad se mantienen por seis meses o más tiempo, quiere decir que no nos estamos adaptando de forma adecuada al entorno o que hay alteraciones en nuestros esquemas de pensamientos (distorsiones cognitivas). Es así como la ansiedad puede ser patológica, por lo que es importante tomar en cuenta que son los profesionales de la salud mental quienes hacen estos diagnósticos.
Si sientes que puedes estar teniendo un manejo inadecuado de tus pensamientos o síntomas persistentes por ansiedad, puedes acudir con un psicólogo para recibir orientación o psicoterapia. También puedes intentar cambios en tus hábitos, como te lo explicaremos más adelante.
Recuerda que sentirte triste no quiere decir que estés deprimido. La tristeza es una emoción que nos permite interactuar con el entorno y con otros seres vivos. Al hacer contacto con esta emoción, reflexionamos sobre temas que usualmente no tomamos en cuenta en otros momentos de nuestras vidas. No es una emoción mala, al contrario, tiene la función de hacernos madurar psicológicamente, ampliar la conciencia, sanar y desahogarnos.
Al pasar dos semanas o más tiempo con el ánimo bajo, pérdida de interés y siendo la tristeza la emoción que prevalece, puede estar presente la depresión. Cuando esto ocurre, nos damos cuenta de que se pueden estar afectando las relaciones con nuestros seres queridos o funciones del trabajo, porque la depresión también viene acompañada de algunos síntomas físicos.
La depresión es un trastorno del estado del ánimo que debe ser diagnosticado por un profesional de la salud mental. Se presenta de distintas formas y en distintos grados. Por ejemplo, es común que una persona pueda salir de una depresión leve y moderada con su voluntad, haciendo cambios en sus hábitos, con el apoyo de sus amigos y familiares y psicoterapia.
Pero la depresión mayor puede ser más compleja, ya que presenta cambios marcados en la salud y en las relaciones interpersonales y bajo rendimiento laboral o académico, hasta volverse una discapacidad; en ese caso es muy importante buscar ayuda de profesionales de la salud mental para empezar un tratamiento adecuado.
Como te mencionamos anteriormente, estos dos padecimientos se pueden presentar en simultáneo. Algunos de los síntomas físicos que comparten son los siguientes:
El origen de estos padecimientos puede variar en cada persona, ya que se dan por la interacción entre el entorno y la forma en que percibimos situaciones o estímulos (allí es donde intervienen los patrones del pensamiento).
El pasar por un tiempo significativo con ansiedad puede hacernos sentir tristes por pensar que no tenemos la capacidad de reponernos, de esa forma la tristeza se puede volver una constante y así empiezan a interactuar estos padecimientos entre ellos.
De la misma forma pasa con la depresión: al pasar un tiempo significativo en el que la tristeza se vuelve algo cotidiano, puede llegar el temor de sentirnos incapacitados para realizar nuestras actividades como antes, y cuando el temor se vuelve una constante puede empezar un trastorno de ansiedad.
Visto de otra forma, la depresión puede ser una fijación de nuestros pensamientos hacia el pasado, allí se origina la nostalgia y con ella llega la tristeza.
En la ansiedad nuestra mente puede estar fijada en el futuro, en situaciones inciertas que tratamos de anticipar para sentir cierto nivel de control, y lo desconocido puede dar miedo.
Es por eso que muchos tratamientos ante estos padecimientos se tratan de aprender a centrarnos en el tiempo presente, estar "en el aquí y el ahora".
Hacer cambios en algunos hábitos pueden marcar una gran diferencia. Esto lo debemos tomar en cuenta cuando sentimos que tenemos algún malestar emocional.
La alimentación es fundamental para sentirnos en equilibrio. El tener una dieta balanceada y consumir los nutrientes adecuados permite que nuestro cuerpo se sienta con energía, lo cual se refleja en nuestros pensamientos y estados de ánimo.
Procura mantenerte hidratado, evita el exceso de bebidas energizantes o con cafeína, disminuye el consumo de harinas refinadas y ten presente que una cena ligera puede permitirte dormir mejor, ya que tu organismo no estará ocupado en la digestión por mucho tiempo.
El descanso es necesario para equilibrar los pensamientos y estados de ánimo, así que aparta momentos de tu día para ponerle pausa a las actividades y tareas pendientes y poder recrearte. Al terminar con tus actividades diarias mantén un horario para cenar, luego descansar y realizar tus hábitos de higiene antes de ir a la cama para luego dormir. Mantener una rutina en las noches podrá educar a tu cuerpo y ayudará a calmar los pensamientos antes de permitirte el descanso.
Recuerda que los excesos no son sanos. Si sientes que tienes mucho tiempo libre, tus pensamientos y estado de ánimo también se pueden afectar. Si ese es tu caso, te recomendamos empezar alguna actividad que te haga sentir productivo para que puedas enfocar tus pensamientos en metas a corto plazo.
Incorpora en tus rutinas diarias actividades que te hagan sentir bien y permitan estar en contacto contigo. Puedes realizar algún deporte, alguna expresión artística o incursionar en la meditación. Es importante que realices actividades que vayan acorde a tus gustos. Recuerda que no hay fórmula universal, lo importante es que te sientas bien y disfrutes lo que estás haciendo.
Mantén el contacto con la naturaleza, tus mascotas, familiares o amigos. Esto te ayudará a centrarte en el presente. Cuando los pensamientos se mantienen en el "aquí y ahora" nos sentimos en equilibrio.
Puedes asistir cuando quieras. No es un signo de debilidad, al contrario, es un acto de valentía, ya que te hace responsable de tu bienestar. Allí puedes encontrar un espacio para desahogarte emocionalmente con una persona imparcial, capacitada con técnicas para acompañarte a sentirte mejor.
Cuando la ansiedad o la depresión empiezan a afectar algunos aspectos de nuestras vidas como las relaciones que tenemos con algunos miembros de nuestra familia, el rendimiento laboral o académico, o nos sentimos limitados por no poder desenvolvernos con naturalidad en nuestras labores cotidianas, es necesario asistir a la consulta psicológica.
La psicoterapia es un recurso que te ayuda a ser más consciente de tus pensamientos, emociones y reacciones automáticas. Asimismo, ayuda a estabilizarte emocionalmente, puede transformar tus creencias limitantes, mejora la relación que tienes contigo y con los demás, ayuda a gestionar tus emociones y trae muchos otros beneficios.
Sentir ansiedad en algunos momentos de la vida no quiere decir que estemos funcionando mal o que estemos padeciendo algo, pero cuando la ansiedad empieza a limitarnos y sus síntomas se mantienen presentes por seis meses o más, puede ser señal de que necesitamos ayuda de algún profesional de la salud mental.
Pasar por momentos de tristeza no significa que estemos deprimidos. Hacer contacto con la tristeza te permite reflexionar sobre aspectos de la vida y existencia de formas que usualmente no lo harías cuando estás con otros estados de ánimo. El llanto y sentirte vulnerable puede ser un momento de transformación necesaria para evolucionar.
Cuando la tristeza se hace persistente por más de dos semanas, viene acompañada de síntomas físicos y pérdida de interés por las actividades que antes disfrutabas, puede ser señal de que es necesario pedir ayuda de un profesional de la salud mental.
Las recomendaciones acerca de los hábitos saludables que encontraste en este artículo pueden ayudarte a mejorar y prevenir alteraciones en el estado del ánimo. Recuerda que también es necesario contar con el apoyo terapéutico.
Antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos, así como las recomendaciones que hacemos, no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar las terapias para la depresión adecuadas.
