Ansiedad Generalizada
Los atracones de comida por ansiedad son un problema común al que se enfrentan muchas personas. Puede estar causado por el estrés físico o emocional que conduce a la ansiedad y la depresión. Pero comer en exceso puede derivar en otras afecciones de salud. Así que en este artículo te platicaremos sobre la relación entre los atracones y la ansiedad, y la forma de evitar que se repitan en el futuro.
Los atracones van de la mano con los pensamientos negativos que se tienen sobre el propio cuerpo. Y a menudo están relacionados con otros síntomas y afecciones, como los ataques de pánico, algunas fobias y el estrés en general, que lleva a las personas a consumir grandes cantidades de comida rápidamente.
Por su lado, la ansiedad se caracteriza por la liberación de hormonas del estrés que provocan cambios físicos en el cuerpo, como el aumento de la presión sanguínea, la frecuencia cardíaca y la tensión muscular. Y, curiosamente, el acto de comer puede calmar un poco estas sensaciones, ya que libera opioides, que son sustancias químicas responsables del alivio del dolor, las cuales hacen que las sensaciones negativas disminuyan, al menos por un rato.
Las personas con ansiedad pueden desarrollar una adicción a ciertos alimentos que les ayudan a enmascarar sus emociones y traumas mediante su consumo. Suelen incluir azúcares, hidratos de carbono y grasas, pero en muchos casos también contienen cafeína y alcohol.
Comer rápidamente hasta sentirse llenos ayuda a reducir los síntomas de la ansiedad porque durante este proceso no ha habido ningún momento en el que los pensamientos negativos hayan entrado en tu mente. ¡Lo único que has hecho es centrarte en comer! Sin embargo, este tipo de alivio sólo es temporal e incluso puede provocar más problemas como indigestión o simplemente que tu sistema digestivo no absorba totalmente los nutrientes de lo que comes.
Comer no sólo nos da placer, sino que nos hace sentir como si de cierta forma tuviéramos el control de nuevo, por lo que puede ser una adicción. El problema de esto es que, como ya te dijimos aquí arriba, los resultados son sólo temporales, ya que los sentimientos negativos relacionados con la ansiedad vuelven a aparecer una vez terminado el atracón.
Algunas personas comen muy deprisa, aunque hayan comido lo suficiente, y continúan haciéndolo hasta que se sienten mal. Muchos sufren dolor de estómago tras consumir grandes cantidades de comida en poco tiempo. Y otros experimentan antojos repentinos de alimentos dulces o salados que les hacen comer en exceso.
No cabe duda de que alguien que tenga atracones ganará peso fácilmente porque come más de lo necesario cuando se enfrenta a problemas emocionales o a pensamientos negativos sobre su imagen corporal después de volver a comer en exceso. ¡Y este ciclo vicioso se repite una y otra vez!
Uno de los trastornos alimenticios relacionados con los atracones es la bulimia, que es una condición en la que se come una gran cantidad de comida en un periodo de tiempo muy corto, y luego se intenta compensar mediante una purga. Esto incluye el vómito autoinducido o el abuso de laxantes, diuréticos o enemas después de comer.
La persona que sufre bulimia entrará en un círculo vicioso de ansiedad - atracón- culpa - ansiedad- atracón… y suele sentir que no tiene control sobre su comportamiento, por lo que continúa con esta forma de afrontarlo.
Es necesario buscar un tratamiento lo antes posible, porque estos comportamientos pueden provocar condiciones de salud peligrosas, como desnutrición o deshidratación.
La bulimia puede ser tomada como una estrategia de afrontamiento (no sana), ante la ansiedad y viceversa, la ansiedad puede aparecer al no poder ser capaz de tomar el control sobre la bulimia.
Puede parecer muy difícil detener los atracones, pero aquí te compartiremos algunas formas que facilitan las cosas a las personas con estos problemas: en primer lugar, recuerda que tu cuerpo necesita comida y no debe avergonzarse por eso ya que sin alimento, no hay combustible para que realice todas las funciones que se necesitan día a día.
En segundo lugar, debemos entender que aunque comer en un momento de estrés o depresión, puede generarnos algún tipo de “alivio”, este será momentáneo y muy probablemente el estrés o tensión regresarán con más fuerza. Sin embargo, esto no quiere decir que debas dejar de comer, sino identificar tu hambre fisiológica, vs tu hambre emocional o por tensión, ansiedad o estrés.
En tercer lugar, intenta probar nuevas estrategias durante los episodios cambiando el ambiente que te rodea (por ejemplo, dando un paseo, acariciando a tu mascota, haciendo un poco de activación física como un pequeño trote en tu lugar o solo sacudiéndote). Incluso puede ser realizando otras actividades como lavar los platos, o dándote un baño.
De esta manera, es normal que haya días en los que por diversas razones sea posible que comamos más, esto no es lo preocupante o importante, sino lo que viene después de hacerlo, sobre todo lo que pasa por tu mente. Por ejemplo, culpa o la necesidad de revertirlo teniendo que recurrir a purgas. Esto significa aprender diferentes técnicas de afrontamiento para no repetir de nuevo los comportamientos negativos .
Así pues, si un día sientes que te excediste en alguna salida con amigos o simplemente hubo una reunión con tu familia y quisiste probar muchos platillos, no dejes que la culpa venga a ti, simplemente retoma tus hábitos alimenticios saludables, sin reducir porciones o teniendo recortes excesivos de alimentos, vuelve a la actividad física al día y recuerda que el alimento nos nutre a nivel físico pero también emocional siempre y cuando no se vuelva una estrategia de afrontamiento ante el estrés y ansiedad o tristeza.
Para dejar de comer compulsivamente es necesario identificar y comprender qué es lo que te hace comer así.
También te recomendamos practicar la autocompasión: intenta no criticarte por tus actos, sólo reconócelos como una manifestación de tus emociones para que así sepas qué es lo que debes trabajar.
Te sugerimos también que distribuyas tus comidas en raciones pequeñas a lo largo del día, para que no sientas que debes comer mucho cuando sea la hora del almuerzo, por ejemplo. Y recuerda que existen especialistas en nutrición que pueden ayudarte a calcular la cantidad necesaria de comida y nutrientes que necesita tu cuerpo basándose en tu estilo y ritmo de vida sin que te quedes con hambre o dejes de disfrutar tus alimentos.
Cambia tus hábitos durante los atracones. Cuando sientas que la ansiedad se está intensificando, concéntrate en la respiración, ponte a escuchar música y bailar, toma agua, ponte a hacer ejercicio o escribe lo que sientes en ese momento. Esto con tal de distraerte y no correr a refugiarte en la comida como siempre haces.
Si hay ciertos desencadenantes que te llevan a un comportamiento compulsivo, evítalos. Por ejemplo, no vayas a hacer la compra cuando tengas hambre o con el estómago vacío; también intenta no tener demasiada hambre antes de acostarte para que tu cuerpo no se vea tentado por un picoteo nocturno poco saludable.
En caso de que ninguna de estas ideas te ayude, pregunta a tu médico si tiene alguna otra sugerencia o puede remitirte a un especialista que trate problemas de salud mental especializado en nutrición.
Por último, sé amable contigo mismo practicando diariamente ejercicios de meditación en los que se refuercen los pensamientos positivos. Recuerda agradecer a tu cuerpo por todo lo que hace día a día sin que tú te des cuenta necesariamente.
Saber cómo detener los atracones de ansiedad es el primer paso para superar este problema. Al entender por qué ocurre, puedes controlar mejor tu comportamiento durante estos momentos difíciles y reducir los peligros asociados a la obesidad. Y recuerda que la comida no debe utilizarse como una forma de escapar de los problemas emocionales o los traumas.
Los sentimientos de ansiedad pueden llevar a algunas personas a desarrollar una adicción a ciertas sustancias con alto contenido en grasas y azúcares que ayudan a reducir la tensión de las emociones durante el tiempo suficiente para que la depresión o la ansiedad no vuelvan a aparecer hasta que termine el consumo.
A su vez, los síntomas asociados a los atracones pueden variar de una persona a otra, lo que dificulta el reconocimiento de la afección. Algunas personas sólo se dan atracones cuando se sienten estresadas o deprimidas, mientras que otras pueden hacerlo en cualquier momento del día; además de esto, hay algunos individuos que también se purgan después de comer demasiada comida consumida en poco tiempo.
La mejor manera de detener los atracones de ansiedad es buscar tratamiento. Si sientes que la comida se está apoderando de tu vida, pide ayuda.
Sé amable contigo mismo y siempre recuerda por qué quieres mejorar tu estilo de vida y tus hábitos.
Si quieres saber más sobre la ansiedad y la alimentación, visita nuestra página.
Antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos, así como las recomendaciones que hacemos, no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar la guía adecuada.
Colaboradores: Pau Gámez y María Milagros.
