Ansiedad Generalizada
Sudar es completamente normal. Es una de las formas en que nuestro cuerpo regula la temperatura. ¿Pero qué ocurre cuando empiezas a sudar sin motivo? Esto es un síntoma de ansiedad y puede ser debilitante con el tiempo. En este post hablaremos sobre las razones por las que las personas pueden experimentar una sudoración excesiva y cómo pueden disminuir este problema.
Hay muchas causas del aumento de la sudoración, pero es fácil darnos cuenta de que cuando estamos con ansiedad nuestro ritmo cardíaco aumenta y nuestros músculos se tensan. Esto se debe a que la parte de “lucha” de la respuesta de lucha o huida se ha puesto en marcha, y el sudor es una de sus manifestaciones.
Si bien hay otras causas que explican la sudoración excesiva, la mayoría están relacionadas con un sistema nervioso simpático hiperactivo (esta es la parte responsable de la respuesta de lucha o huida del cuerpo). Cuando estamos estresados, nuestro sistema nervioso simpático se activa, provocando un aumento del flujo sanguíneo y un mayor metabolismo, lo que da lugar a una mayor transpiración. Si tienes ansiedad, es probable que la sudoración excesiva se haya vuelto parte de tu vida cotidiana.
En pocas palabras, sí. La sudoración excesiva es uno de los síntomas más comunes de la ansiedad.
Recuerda, con la ansiedad nuestro cuerpo entra en un estado de lucha o huida. La parte de "lucha" es la sudoración que se origina cuando nuestros músculos se tensan y se preparan para la acción. Así que es normal que sudemos si estamos estresados, por cualquier razón que sea.
Además, las personas que tienen ataques de pánico pueden estimular la secreción, de ahí que en periodos elevados de estrés o ansiedad la producción de sudor puede verse notablemente incrementada. Debemos tener en cuenta que la ansiedad afecta al sistema nervioso simpático que es el que emite las señales a las glándulas sudoríparas, específicamente las ecrinas, que son las que están directamente relacionadas con la regulación de la temperatura corporal.
Esto hace que ante situaciones prolongadas de ansiedad, nuestro sistema nervioso interprete que estamos ante una amenaza y la reacción sea poner en marcha sus sistemas de defensa, aumentando el flujo de sangre a la parte del cuerpo donde más se necesite. Esto genera una elevación de la temperatura como resultado de la vasoconstricción de los vasos sanguíneos. Y ante esta situación el sistema nervioso simpático activa la producción de sudor para poder enfriar la temperatura del cuerpo.
Las palmas de las manos, las plantas de los pies y las axilas son los lugares más comunes donde la gente experimenta una sudoración excesiva. Es común que la hiperhidrosis se presente en estas zonas del cuerpo porque tienen una alta concentración de glándulas sudoríparas. No importa si eres viejo o joven, rico o pobre: ¡todos corremos el riesgo de desarrollar hiperhidrosis!
Según el portal Salud180 se estima que en México del 3 al 4 % de la población sufre de este síntoma. A nivel mundial, estudios indican que hasta un 20 % de la población ha sufrido episodios de hiperhidrosis en alguna etapa de su vida, lo cual limita a las personas a desarrollar una vida normal.
Así que definitivamente no es nada de lo cual debamos sentirnos avergonzados.
También es muy común que esta sudoración excesiva se haga presente en las noches o mientras dormimos.
Te lo explicamos: las glándulas sudoríparas del cuerpo sólo funcionan mientras estamos despiertos, pero si siguen funcionando durante el sueño significa que tu cerebro sufre una hiperactividad debida al estrés o a la ansiedad. Así, las personas que sufren insomnio también pueden tener sudores nocturnos porque sus cerebros no descansan aunque intenten relajarse lo suficiente para poder conciliar el sueño.
Las personas que sufren ansiedad suelen sentir que su corazón se acelera a veces durante los episodios de estrés; por lo tanto, también pueden notar un aumento de la presión arterial cuando se despiertan por la mañana después de haber tenido sudores nocturnos.
Esta sudoración excesiva no es peligrosa siempre que sea ocasional o temporal. Sin embargo, si tienes sudores nocturnos cada vez que duermes o son persistentes durante un tiempo prolongado, te recomendamos que acudas con tu médico, porque puede ser indicador de alguna otra afección. Por eso es importante que prestemos atención a todos los cambios de nuestro cuerpo para que nada pase desapercibido.
Sin embargo, si tu sudoración excesiva es una manifestación de la ansiedad, te recomendamos lo siguiente:.
En primer lugar, trabaja para reducir tus niveles de ansiedad mediante prácticas como la meditación o la respiración profunda.
En segundo lugar, si no puedes disminuir la cantidad de estímulos externos que desencadenan tu ansiedad, utiliza prendas ligeras o de algodón, ya que éstas permiten la eliminación del sudor, pero mantienen la humedad. Eso sí, evita las prendas de fibras sintéticas o muy ceñidas a tu cuerpo.
También considera tener varias prendas para cambiarte durante el día. Llevar una camiseta o un par de calcetines puede ser útil.
Haz ejercicio. Sí, la actividad física hace transpirar, sin embargo, el ejercicio ayuda a regular el sistema nervioso y, por lo tanto, la sudoración excesiva.
Elige también un buen desodorante. Existen diversas opciones, no obstante, los más eficaces son los que no añaden perfume, ya que en ocasiones las fragancias tienen químicos que producen irritación y esto estimula la producción de bacterias que podrían causar mal olor.
Se recomienda no depender de antitranspirantes y permitir la sudoración para la eliminación de toxinas. Ten en cuenta que el mal olor no es causado por la sudoración en sí misma. Lo que sí puedes utilizar son productos antibacteriales, como la piedra alumbre para eliminar bacterias y no tener la incomodidad de malos olores.
Si ninguna de estas opciones te funciona y la sudoración excesiva interfiere en las funciones de la vida diaria (como poder llevar determinadas prendas), habla con un médico para saber si hay algún medicamento que pueda tratar este síntoma mejor que lo que has probado hasta ahora.
La sudoración excesiva o hiperhidrosis puede parecer un problema embarazoso, pero en realidad es bastante común entre las personas con ansiedad.
En la mayoría de los casos, debería desaparecer por sí sola tras unas semanas de ejercicio regular y técnicas de relajación. Sin embargo, si los síntomas persisten a pesar del tratamiento que estés llevando, asegúrate de seguir consultando con tu médico para que te ayude a determinar qué puede estar causándolos.
Antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos, así como las recomendaciones que dimos, no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar la guía adecuada.
Colaboradores: Iván Saenz y María Milagros.
