Es común verme a mi misma y a los demás haciéndonos los fuertes por la vida.
Hacerte el fuerte es una pantalla de evitación que tarde o temprano te debilitará. Cuando aceptas tu vulnerabilidad, tus sentimientos y tus emociones ante lo que sucede… entonces sí encontrarás tu fortaleza. En este post te comparto por qué hacerte el fuerte te debilita y dejarte sentir te fortalece.
No porque no te dejes sentir significa que no sentiste nada en realidad
Es muy fácil… simplemente es dedicarle unos segundos o minutos de tu día a ponerle atención a las emociones que existan en tu cuerpo con respecto a lo que te sucede.
Es darte el espacio para contactar con tu interior, no necesitas hacer nada en específico más que observarte y dejar que esas emociones fluyan.
No porque contactes con tu vulnerabilidad eres débil, simplemente eres humano.
Realmente yo he podido experimentar que la verdadera fortaleza la contacto a través de contactar con mi vulnerabilidad, con mi humanidad, con mi esencia y autenticidad. Entonces, cuando te aceptas a ti mismo, a lo que sucede y las emociones que eso te generan, te revitalizarás y encontrarás una fuerza de león que no será fingida o pretendida, sino genuina y mucho más poderosa.
La verdadera fortaleza es la que nace desde tu interior al exterior, y no al revés.
Quizás no se trata de andar por la calle llorando cada vez que alguien te ve feo, pero sí que reconozcas las reacciones en tu cuerpo (que son las reacciones emocionales) que el que te vean feo te genera.
Realmente no tienes que hacer mucho al respecto, no tienes que reaccionar ante lo que sientes, no tienes que gritarle al que te ve feo, sólo se trata de ser honesto contigo mismo y aceptar que sentiste lo que sentiste, contactarlo y aceptarlo.
Te recomiendo que al final del día te des un espacio de repasar tu día pero a nivel emocional y que si necesitas llorar tantito o mucho, te des permiso de hacerlo, pero que contactes con tu interior.
Somos seres humanos que sentimos, y sentimos mucho y casi la mayoría del día. Hacer como si no sintiéramos solamente nos ha venido enfermando y contaminando nuestras relaciones. No tiene nada de malo aceptar lo que sientes, y tampoco tendría nada de malo hablar de eso y expresarlo, haría de tu vida una vida más auténtica y genuina, al menos contigo mismo, así es que te invito a que empieces a darte permiso de sentir lo que ya sientes.
Puedes continuar leyendo este post sobre las recaidas.