Una parte de nuestro interior vive la depresión y tristeza desde la victimez, y antes de hacernos responsables, es importante darle su lugar a esa parte de nosotros, permitirle su expresión, comprenderla y reconocerla para que entonces sí, podamos hacer algo de provecho con ella.
Y es así que una parte de ti se puede quedar como la víctima, y claro, los psicólogos te decimos que dejes de actuar como víctima, que salgas de ahí, que te hagas responsable de ti. Pero… ¿y qué pasa con la parte de ti que genuinamente fue lastimado y engañado? ¿nada más la olvidamos y ya?
Pues claro que no.
Una parte de ti no te deja salir de la depresión y la tristeza, de la actitud de victimez, porque necesita reconocimiento, necesita que se le de su lugar al dolor.
Por ejemplo, a veces me pasa que me enojo mucho con mi esposo por cualquier cosa, que en su momento me parece muy importante, y me cuesta trabajo encontentarme rápido, porque siento que es como si no le estuviera dando su lugar al pequeño sufrimiento de una tarde, a pesar de saber que fue injustificado y quizás hasta hormonal.
Claro, dicen que por ser Escorpión soy orgullosa y que por eso me cuesta trabajo olvidar y perdonar, pero también… una parte de mi, necesita que le dé su lugar a lo mal que la pasé, aún sabiendo que no hay culpables, que no me lastimó a propósito, que no tengo razón en seguir enojada.
Así funciona la mente y las emociones, necesitamos reconocimiento hacia nuestro propio dolor.
Sobre todo, si sientes que te está costando trabajo perdonar, superar el pasado y hacerte responsable de ti.
He llegado a varias ideas para que le hagas sentir a la parte interna víctima que es reconocida y valorada por lo que vivió.
Recuerda que puedes usar ese dolor para transformar algo que no funcione bien en la sociedad o en el mundo, en ti o en tu familia, puedes usar el dolor para crear una empresa, una organización, una obra de arte, una obra de teatro, ¡lo que sea!
La idea es que sientas cómo usas ese dolor como energía para movilizarte hacia algo que tenga sentido para ti. Y así, así sí que se va sanando el dolor. Sin menospreciar o juzgar a la parte que fue víctima en tu interior, dándole su lugar, respetándola, y reconociendo que tú puedes sanar y hacerte responsable de lo que sea que hayas vivido para usarlo a tu favor en tu presente.
Sí es difícil, sí es doloroso, sí mereces darte un tiempo para reconocer el dolor que hay en tu interior, y ya después podrás salir de ahí, podrás reconstruirte a partir de él, nada más, reconoce lo que has vivido y dale su lugar..